El territorio entendido como raíz de nuestros sueños y utopías por una vida plena. Un espacio donde se tejen las relaciones en confianza y cariño, para el cultivo de saberes diversos y en constante renovación. Un gran telar de raíces que se pinta con la naturaleza en sus múltiples formas, cada vez que nos comunica y enseña los caminos por su cuidado y defensa. Donde los tejidos florecen con la alegría de nuestros pueblos y culturas vivas que desde las comunidades resisten a los proyectos de ese mal llamado desarrollo.

 

En tiempos donde el neoliberalismo avanza con sus políticas extractivas, patriarcales y coloniales, nos organizamos desde los pueblos por la defensa de nuestros territorios.